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Éstos son incoloros, de forma octaédrica o de sobre,
parecen cuadrados pequeños cruzados por líneas diagonales que se
interceptan. Raras veces se presentan como esferas ovales o discos
bicóncavas, que tienen forma de pesas de gimnasia cuando se los ve en
incidencia lateral. Estos pueden variar en tamaño, de modo que a veces son
sólo escasamente discernibles bajo magnificación de alto poder.
Estos cristales se encuentran con frecuencia en orinas
ácidas y neutra, y en ocasiones también en orinas alcalinas. Son solubles en
ácido clorhídrico pero insolubles en ácido acético.
Los cristales de oxalato de calcio pueden existir
normalmente en la orina, en especial después de ingerir diferentes alimentos
ricos en oxalato, como tomate, ruibarbo, ajo, naranjas y espárragos.
Cantidades elevadas de oxalato de calcio, en especial
si están presentes en orina recién emitida, sugieren la posibilidad de
cálculos de oxalato. Los demás estados patológicos en los que puede existir
oxalato de calcio en la orina en cantidad aumentada son la intoxicación con
etilenglicol, la diabetes mellitus, la enfermedad hepática y la enfermedad
renal crónica grave.
Con frecuencia hay en la orina sales de urato en una
forma no cristalina, amorfa. Estos uratos amorfos tienen aspecto granular y
color amarillo-rojo, son solubles en álcalis y a 60 grados centígrados de
temperatura. Carecen de significación clínica.
Pueden existir como sustancias amorfas o como cristales. Los cristales de
urato de sodio son agujas o prismas delgados, incoloros o amarillentos que
se presentan en grupos o racimos. Son solubles a temperatura de 60 grados
centígrados y sólo ligeramente solubles en ácido acético. Los uratos de
sodio carecen de significación clínica.
Los
cristales de leucina son esferoides oleosos, altamente refractarios, de
color amarillo o castaño con estriaciones radiales y concéntricas. Es
probable que no estén formados puramente por leucina, ya que la leucina pura
cristaliza en forma de placas. La leucina es soluble en ácido acético
caliente, alcohol caliente y el álcalis, es insoluble en ácido clorhídrico.
Los cristales de leucina tienen mucha importancia clínica. Se encuentran en
la orina de pacientes con enfermedad de la orina en jarabe de arce, con
síndrome de Smith y Strang y con enfermedades hepáticas graves como cirrosis
terminal, hepatitis viral grave y atrofia amarilla aguda del hígado. En la
orina de pacientes con enfermedad hepática aparecen con frecuencia cristales
de leucina y tirosina.
Los cristales de tirosina son agujas muy finas
altamente refringentes, que aparecen en grupos o acúmulos. Los acúmulos de
agujas con frecuencia parecen de color negro, sobre todo en el centro, pero
pueden tomar una coloración amarilla en presencia de bilirrubina. Los
cristales de tirosina son solubles en hidróxido de amonio y en ácido
clorhídrico, pero insolubles en ácido acético.
Los cristales de tirosina aparecen en enfermedades
hepáticas graves, en la tirosinosis y en el síndrome de Smith y Strang.
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jueves, 25 de abril de 2013
CRISTALES EN ORINA
jueves, 18 de abril de 2013
ES UN PARASITO MUY COMUN HOY PÒR HOY EN LA MAYORIA DE MUESTRAS
PARASITO : Blastocystis hominis
·
ETIOLOGÍA:
Es anaerobio estricto y su ciclo vital comprende 3
estadios: forma vacuolar que se encuentra en el examen de heces, una forma
quística infecciosa y una forma avacuolar más pequeña que se encuentra en el
intestino delgado. Se ha descrito que se reproduce por fisión binaria,
esquizogonia y endodiogenia.
·
EPIDEMIOLOGÍA
Se recupera Blastocystis hominis del 1% al 20% de
las muestras de materia fecal examinadas para detectar huevos y parásitos. En
vista de que se considera que la transmisión se produce por vía fecal-oral, la
presencia del microorganismo puede ser un marcador de la presencia de otros
microorganismos transmitidos por contaminación fecal. Hay transmisión a partir
de animales. Se desconoce el período de incubación.
·
MODOS DE TRANSMISIÓN
El consumo de agua sin hervir y consumo de
alimentos en condiciones higiénicas no adecuadas. La infección predomina en
adultos y en el sexo femenino por razones poco conocidas.
·
MANIFESTAClONES CLÍNICAS
Blastocystis hominis se ha asociado con síntomas de
distensión, flatulencia, diarrea leve a moderada sin leucocitos ni sangre en
materia fecal, dolor abdominal y náuseas. Cuando se identifica B. hominis en
materia fecal de pacientes sintomáticos se deben investigar otras causas de
este complejo sintomático, en particular Giardia lamblia y Cryptosporidium
parvum, antes de suponer que B. hominis es la causa de los signos y los
síntomas.
·
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
Se deben preservar las muestras de materia fecal en
alcohol polivinílico y se las debe teñir con tinción tricrómica o de
hematoxilina-hierro antes del examen microscópico. Son posibles diversas
cantidades de parásitos y se puede comunicar que las infecciones son ligeras o
intensas. La presencia de 5 o más microorganismos por campo de alta resolución
(aumento X 400) indica una infección intensa que, para algunos especialistas,
representa causalidad en ausencia de otros
enteropatógenos.
·
TRATAMIENTO
no se han establecido indicaciones terapéuticas.
Algunos especialistas recomiendan reservar el tratamiento para pacientes con
síntomas persistentes, en quienes no se halla otro patógeno ni proceso que
pueda explicar los síntomas gastrointestinales. Otros autores consideran que B.
hominis no causa enfermedad sintomática y recomiendan sólo una investigación
cuidadosa de otras causas de los síntomas. Se han prescripto metronidazol,
trimetoprim-sulfametoxazol, yodoquinol y nitazoxanida (en niños) con limitado éxito.
No hay estudios controlados de tratamiento.
·
PREVENIR LA INFECCIÓN
EXAMENES INTERSANTES CUANDO HAY PROBLEMAS PARA LOGRAR EMBARAZO
PRUEBAS HORMONALES PARA MUJERES
Se trata de examen que se realiza con una muestra de sangre para medir ciertas hormonas que genera el organismo femenino y que permiten determinar las causas de distintas afecciones, como trastornos del ciclo menstrual, problemas para lograr el embarazo y padecimientos de la glándula hipófisis o pituitaria (ubicada en la base del cerebro y encargada de regular numerosas funciones).
Para qué sirve
Aunque el
número de hormonas estudiadas varía según el laboratorio, la prueba se centra
habitualmente en cinco:
- Estradiol. Es la forma de estrógeno más importante; controla el desarrollo de caracteres sexuales secundarios y el crecimiento del útero, trompas de Falopio, vagina, genitales externos y mamas; además, favorece la restauración ósea, protege al sistema circulatorio e interviene en la generación de proteínas en el hígado. Su estudio permite verificar el funcionamiento de ovarios, placenta (que alimenta al bebé durante el embarazo) y/o glándulas suprarrenales (localizadas sobre los riñones).
- Progesterona. Liberada principalmente por los ovarios, tiene papel vital en el embarazo al preparar al útero o matriz para recibir al óvulo fecundado y a las mamas para la producción de leche; además, participa en el desarrollo de caracteres sexuales secundarios. Conocer su nivel determina si una mujer está ovulando o si hay riesgo de aborto espontáneo o embarazo ectópico (fuera del útero).
- Hormona folículo estimulante. Generada en la hipófisis o pituitaria, estimula la producción de óvulos y de estradiol durante la primera mitad del ciclo menstrual. Por lo regular ayuda a diagnosticar problemas del desarrollo sexual, menstruación y fertilidad; en algunos casos también permite confirmar la menopausia.
- Hormona luteinizante. También es producida por la glándula hipófisis, y su elevación o incremento súbito es la señal que indica al ovario que debe liberar un óvulo. Se evalúa cuando la mujer tiene dificultad para embarazarse o no tiene periodos menstruales regulares, lo que se vincula con afecciones como quistes ováricos (sacos llenos de líquido que se forman sobre o dentro de un ovario) y ciertas etapas de la vida como el climaterio o menopausia (fin de la etapa reproductiva).
- Prolactina. Segregada por la pituitaria, estimula el desarrollo mamario y la producción de leche. Por lo regular se analiza cuando se buscan tumores hipofisarios y las causas de secreción láctea sin relación con un parto (galactorrea), infertilidad y períodos menstruales irregulares o ausentes (amenorrea).
Cabe
señalar que, dependiendo del problema a evaluar, es probable que se requiera
más de un examen de este tipo a lo largo del ciclo menstrual, ya que los
niveles hormonales son diferentes y puede requerirse un comparativo entre los
resultados obtenidos en fechas determinadas. En este sentido, es probable que
las pruebas subsecuentes se dirijan a estudiar una o varias de estas hormonas
en particular, en vez de las cinco.
En qué consiste
Como se
ha explicado, este estudio se realiza con una muestra de sangre, la cual se
toma a través de una vena (por lo general de la región interior del codo o
dorso de la mano). El sitio a puncionar se limpia con desinfectante y, a
continuación, se coloca banda elástica alrededor de la parte superior del brazo
para concentrar la irrigación sanguínea en la zona.
Luego se
introduce una aguja en la vena y la sangre se recolecta en frasco hermético o
tubo especial. Una vez recogida la muestra, se cubre la herida con algodón para
prevenir una hemorragia.
Preparación de la paciente
Llevar a
cabo el perfil hormonal de la mujer no exige preparación especial. Algunos
laboratorios recomiendan 8 horas de ayuno previo, pero esto es, más bien, un
requisito de rutina.
¿Hay riesgos?
El
procedimiento es seguro, pero es probable que algunas pacientes sufran
inconvenientes durante la extracción, como mareo, desmayo y hematoma
(acumulación de sangre debajo de la piel que provoca moretón).
Es
importante recordar que la aguja a utilizar debe ser estéril y desechable, ya
que así se evita la propagación de infecciones como las ocasionadas por los
virus de inmunodeficiencia humana (VIH, que ocasiona el sida) o los de la
hepatitis B ó C (generan daño al hígado y condicionan la formación de cáncer).
Resultados
Las
cifras esperadas de estradiol son de 30 a 400 picogramos por mililitro (pg/mL)
en mujeres antes de la menopausia (última menstruación), y de 0 a 30 pg/mL
después de esta etapa.
Los
niveles por encima de lo habitual pueden ser síntoma de tumor ovárico, en tanto
que las bajas concentraciones se asocian a síndrome de Turner (afección
genética en la que una mujer no tiene el par normal de cromosomas X),
insuficiencia ovárica y baja producción de estrógenos vinculada con pérdida de
peso acelerada o escasa grasa corporal, entre otras afecciones.
En cuanto
a la progesterona, los rangos típicos pueden variar según la fase del ciclo
menstrual, embarazo o etapa de la vida:
- En preovulación, menos de 1 nanogramo por mililitro (ng/mL).
- A mitad del ciclo, 5 a 20 ng/mL.
- En mujeres posmenopáusicas, menos de 1 ng/mL.
- Durante el primer trimestre de embarazo, 11.2 a 90.0 ng/mL.
- En el segundo trimestre de embarazo, 25.6 a 89.4 ng/mL.
- Durante el tercer trimestre del embarazo, 48.4 a 42.5 ng/mL.
Los
especialistas estiman que las concentraciones superiores a lo normal pueden
deberse a embarazo, cáncer en ovarios o padecimientos de las glándulas
suprarrenales, en tanto que los niveles bajos pueden indicar amenorrea
(ausencia de período menstrual), embarazo ectópico (fuera el útero),
incapacidad para ovular, muerte fetal o aborto espontáneo.
Por su
parte, las cifras normales de hormona folículo estimulante también variarán de
acuerdo con la edad:
- Antes de la pubertad deben ser 0 a 5.0 miliunidades internacionales por mililitro (mUI/ml).
- Durante la pubertad, 0.3 a 10.0 mUI/ml.
- En mujeres que están menstruando, 4.7 a 21.5 mUI/ml.
- Luego de la menopausia, 25.8 a 134.8 mUI/ml.
Los
trastornos que se pueden asociar con los resultados anormales de la hormona
folículo estimulante son, entre otros, actividad anormal de la glándula
pituitaria anterior, ya sea disminuida (hipopituitarismo) o a la alza
(hiperpituitarismo); afecciones del ovario (hipofunción, quistes, cáncer),
síndrome de Turner y anorexia.
Asimismo,
los valores normales de hormona luteinizante en sangre son 5 a 25 UI/l
(unidades internacionales por litro), y cuando están por encima de estas
cifras, pueden ser indicadores de hipofunción ovárica, menopausia, ovario
poliquístico y síndrome de Turner. En cambio, los niveles por debajo de lo
normal pueden indicar hipopituitarismo.
Por
último, se estima que los valores normales de prolactina en mujeres que no
están embarazadas registran 2 a 29 nanogramos por mililitro (ng/mL), y en las
que sí lo están 10 a 209 ng/mL.
La
elevación de la prolactina se asocia habitualmente con traumatismo o irritación
de la pared torácica, enfermedad del hipotálamo, actividad disminuida de la
tiroides (hipotiroidismo), afecciones renales, tumor de la hipófisis
(prolactinoma) y toma de ciertos medicamentos, como antidepresivos y
anticonceptivos. Los niveles reducidos, en cambio, no se relacionan con alguna
afección.
Es
importante subrayar que la interpretación de los resultados corresponderá
exclusivamente al médico tratante, quien realizará el diagnóstico tomando en
cuenta la historia clínica, signos y síntomas del paciente, así como otros
análisis, como examen de hormonas tiroideas y estudios de imagen.
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